De qué manera influir en los demás

Uno de los aspectos que más se pueden destacar en la psicología de una persona es su poder de influenciar a otros, o bien qué tan influenciable es.

Podríamos decir que el segundo grupo tiene todas las de salir perdiendo, ya que una persona que es fácilmente influenciable, suele ir perdiendo poco a poco sus capacidades propias de decisión o presentar dificultades para discernir sus propias opiniones.

Influir

Pero esto siempre dependerá de qué tipo de influencias hablemos, ya que las puede haber tanto positivas como negativas. Por eso, aquellas personas que tienen más capacidades para influir en los otros, podrán utilizar esta habilidad en pos de algo bueno, o no tan bueno.

No es algo extraño que las personas que tienen gran capacidad de influenciar, detecten rápidamente a aquellas personas que son más influenciables. Generalmente las personas influenciables se caracterizan por una personalidad un tanto insegura, a veces tímida, indecisa, dudosa, y poco animada. Éstos son el blanco perfecto para aquellas personas que desean utilizar su capacidad de influenciar para beneficio propio.

Hoy veremos algunos trucos para poder desarrollar un poco más esta habilidad, que como bien hemos dicho, puede utilizarse para cosas muy positivas.

Sonreír

Uno de los trucos más viejos del ser humano. Está comprobado que la sonrisa transmite bienestar, felicidad y una sensación de contención o apoyo; por eso, la sonrisa es la puerta de entrada para cualquier tipo de vínculo; sobre todo si estás buscando generar buenas sensaciones en el otro, o si estás pidiéndole algo: con una sonrisa en la cara, tienes muchas más posibilidad de que su respuesta sea positiva.

Interesarse por el otro

A todos nos gusta a veces ser un poco el centro, o al menos saber que alguien se interesa por nosotros y nos halaguen un poco. Por eso otra forma de acercarse a alguien, comenzar a influenciarlo y generar confianza, será que demuestres interés por él y reconocer sus cosas buenas, por supuesto siempre de forma natural.

El “Sí” recurrente

Cuando estamos en una conversación a donde muchas veces respondemos “sí” nuestro cerebro asocia rápidamente que estamos en una situación de sintonía con el otro; y el repetir esta afirmación varias veces puede generar una inercia y conseguir que nos responda a todo de manera positiva.

Lo mismo sucede cuando a veces rellenamos formularios de servicios o para comprar un producto, por ejemplo: no te extrañará ver que te hacen muchas preguntas con